PRIORITARIO IMPULSAR SISTEMAS DE TRANSPORTE PÚBLICO,
- Desulfurar gasolinas y diesel costaría alrededor de 2 mil 421 millones de dólares y no se solucionaría de forma integral el problema de la contaminación; es preferible invertir en el mejoramiento del transporte público e infraestructura vial: especialista del IPN
- Actualmente circulan en las calles y carreteras capitalinas alrededor de cinco mil vehículos que incrementan los índices de contaminación porque no existe la infraestructura vial suficiente para su circulación
“Los problemas de contaminación ambiental de la Zona Metropolitana del Valle de México podrían disminuirse en mayor medida con el impulso de sistemas de transporte público, por encima de la reestructuración de refinerías para producir diesel y gasolinas con bajo contenido de azufre”, aseguró el Maestro en Ciencias Balfre Nava Figueroa, catedrático e investigador del Instituto Politécnico Nacional.
El especialista del Politécnico dijo que los sistemas de transporte que se deberán impulsar en los próximos años para aminorar los efectos de la contaminación ambiental son: El Sistema de Transporte Colectivo Metro, los trenes urbanos, autobuses rápidos y trenes suburbanos.
Durante la conferencia “Una Alternativa de Bajo Costo Contra la Contaminación por Transporte Urbano en la Ciudad de México”, que presentó en el marco del Coloquio Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo “Retos de la Gestión Ambiental en el Marco de la Globalización”, el investigador politécnico recalcó que -según estimaciones de Petróleos Mexicanos-, producir hidrocarburos sin azufre costaría alrededor de 2 mil 421 millones de dólares, recursos que podrían aprovecharse con mejores resultados si se mejora el transporte público y la infraestructura vial.
Nava Figueroa indicó que la desulfuración de gasolinas y diesel no solucionaría el problema de la contaminación, porque ésta no se produce únicamente por la composición química de los combustibles fósiles, sino por otros factores relacionados con la vialidad y el tránsito urbano, tales como el congestionamiento vehicular, el calentamiento de los motores y los cambios de velocidad en diferentes tramos de la vialidad.
Estimó que actualmente circulan en las calles y carreteras capitalinas alrededor de cinco mil vehículos. “Los nuevos vehículos comercializados en México tienen motores con cientos de caballos de fuerza, pero el congestionamiento de tránsito urbano les dificulta utilizar plenamente esa potencia y como ésta no se traduce en velocidad se convierte en contaminación”, detalló.
Refirió que la saturación de los vehículos en las vialidades impide que el proceso de combustión de los vehículos con motores grandes se complete adecuadamente y por lo tanto se incrementa la emisión de contaminantes.
“El proceso de combustión de hidrocarburos se ve sujeta a múltiples variables dependientes de factores externos e internos al propio motor, tales como: El clima, la altura respecto al nivel del mar, la carga transportada, la velocidad de marcha del vehículo, los componentes químicos del combustible, la velocidad de la llama de combustión y el poder calorífico del combustible”, acotó.
Detalló que una alternativa de solución permanente a bajo costo, se basa en una reforma y disciplina reglamentaria por parte de los usuarios y agentes de tránsito, además de la consolidación de un Sistema Metropolitano de Transporte Masivo de Pasajeros y la reestructuración de la red vial.
El especialista de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Zacatenco, indicó que además de impulsar este sistema de transporte, los recursos que ahorraría PEMEX permitirían construir paraderos elevados -tipo bahía- para ascenso y descenso de pasaje y centros de transferencia modal, donde los conductores dejen sus automóviles o bicicletas y se conviertan en pasajeros del transporte público hacia zonas conflictivas, así como la construcción de puentes e intersecciones viales a desnivel para hacer más fluido el tránsito.
Nava Figueroa indicó que la desulfuración de gasolinas y diesel no solucionaría el problema de la contaminación, porque ésta no se produce únicamente por la composición química de los combustibles fósiles, sino por otros factores relacionados con la vialidad y el tránsito urbano, tales como el congestionamiento vehicular, el calentamiento de los motores y los cambios de velocidad en diferentes tramos de la vialidad.
Estimó que actualmente circulan en las calles y carreteras capitalinas alrededor de cinco mil vehículos. “Los nuevos vehículos comercializados en México tienen motores con cientos de caballos de fuerza, pero el congestionamiento de tránsito urbano les dificulta utilizar plenamente esa potencia y como ésta no se traduce en velocidad se convierte en contaminación”, detalló.
Refirió que la saturación de los vehículos en las vialidades impide que el proceso de combustión de los vehículos con motores grandes se complete adecuadamente y por lo tanto se incrementa la emisión de contaminantes.
“El proceso de combustión de hidrocarburos se ve sujeta a múltiples variables dependientes de factores externos e internos al propio motor, tales como: El clima, la altura respecto al nivel del mar, la carga transportada, la velocidad de marcha del vehículo, los componentes químicos del combustible, la velocidad de la llama de combustión y el poder calorífico del combustible”, acotó.
Detalló que una alternativa de solución permanente a bajo costo, se basa en una reforma y disciplina reglamentaria por parte de los usuarios y agentes de tránsito, además de la consolidación de un Sistema Metropolitano de Transporte Masivo de Pasajeros y la reestructuración de la red vial.
El especialista de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Zacatenco, indicó que además de impulsar este sistema de transporte, los recursos que ahorraría PEMEX permitirían construir paraderos elevados -tipo bahía- para ascenso y descenso de pasaje y centros de transferencia modal, donde los conductores dejen sus automóviles o bicicletas y se conviertan en pasajeros del transporte público hacia zonas conflictivas, así como la construcción de puentes e intersecciones viales a desnivel para hacer más fluido el tránsito.
Dijo que al impulsar el transporte público y la construcción de infraestructura vial se propiciaría el retiro voluntario de millones de automóviles particulares, cuyos propietarios se beneficiarían al ahorrar tiempo en sus traslados y costos en transporte, además de que se evitaría el derroche de energéticos como consecuencia de las bajas velocidades a las que se tiene que circular tanto en vías primarias como secundarias.
Puntualizó que si además de fortalecer el transporte público se implementa el uso paulatino de energéticos como el etanol, el gas licuado de petróleo y el gas natural comprimido, se mejoraría en mayor medida la calidad del aire.
Finalmente, Nava Figueroa aseveró que la creación en el Distrito Federal del corredor de transporte sobre Avenida Insurgentes, con un carril confinado para la circulación del Metrobús, mejoró la velocidad promedio de 12 a 17 kilómetros por hora en el volumen vehicular que transita en esa avenida y consecuentemente disminuyeron las emisiones contaminantes en 0.15 gramos por kilómetro por vehículo, lo cual se comprobó en los estudios técnicos efectuados antes y después de iniciado el funcionamiento de este sistema de transporte.
Finalmente, Nava Figueroa aseveró que la creación en el Distrito Federal del corredor de transporte sobre Avenida Insurgentes, con un carril confinado para la circulación del Metrobús, mejoró la velocidad promedio de 12 a 17 kilómetros por hora en el volumen vehicular que transita en esa avenida y consecuentemente disminuyeron las emisiones contaminantes en 0.15 gramos por kilómetro por vehículo, lo cual se comprobó en los estudios técnicos efectuados antes y después de iniciado el funcionamiento de este sistema de transporte.
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