lunes, enero 15, 2007

CREAN POLITÉCNICOS PLANTA DE PRODUCCIÓN DE JAIBA CON CAPACIDAD PARA DIEZ TONELADAS ANUALES

• El objetivo es impulsar dicha actividad a nivel regional, ofrecer productos con calidad de exportación y contribuir a la generación de empleos directos

• El proyecto está a cargo de un grupo de investigadores del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR-IPN), ubicado en La Paz, Baja California Sur

Con el objetivo de impulsar la actividad pesquera regional, ofrecer productos con calidad de exportación y contribuir a la generación de empleos directos, investigadores del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR), del Instituto Politécnico Nacional, ubicado en La Paz, Baja California Sur, desarrollaron una planta de producción de jaiba blanda con una capacidad para 10 toneladas anuales.

La principal característica del proyecto a cargo del grupo de especialistas encabezado por el Maestro en Ciencias, Pedro González Ramírez, es que mediante el desarrollo de una metodología especial lograron eliminar la dureza del caparazón del crustáceo, ya que para muchos productores esto representa un obstáculo en la venta de este alimento marino.

Para ello, inicialmente los investigadores politécnicos crearon una metodología que permite producir jaiba blanda, cuyo valor internacional de su pulpa es de más de 100 dólares el kilogramo y el cual es de gran aceptación en la costa atlántica de los Estados Unidos donde su consumo es tradicional.

Al respecto, González Ramírez señaló que la jaiba blanda o “Soft Crab” (Callinectes sapidus), es una actividad relativamente nueva en la industria y el comercio de productos alimenticios del mar, lo que representa para México un importante nicho de oportunidad.

“El proyectos iniciado ya hace varios años en el CICIMAR, consistió en el desarrollo de una planta con una producción mínima de 30 kilogramos diarios inicialmente. En el proceso se utiliza como materia prima ejemplares vivos de jaiba antes del cambio de caparazón a los cuales se mantienen en cautiverio para esperar a que muden de caparazón y posteriormente sean preparados para su empaquetado y congelación”, explicó.

Indicó que en el mercado nacional lo que se conoce como jaiba dura no supera los 35 pesos por kilogramo y la pulpa se vende aproximadamente en 110 pesos el kilo, lo que significa que lograr la producción de jaiba suave le brinda un valor agregado al producto.

El especialista mencionó que para establecer una planta de este tipo se requiere un capital mínimo de alrededor de 665 mil pesos, pero se calcula que se puede obtener una utilidad bruta de aproximadamente 448 mil pesos en el primer año de operación. “El beneficio social inicial de este proyecto que se pondrá en marcha este año, será para apoyar a seis familias de forma directa y a varias personas más de manera temporal”, sostuvo.

“Para lograr la consolidación de este objetivo fue necesario un trabajo previo de varios años a través del estudio denominado Viabilidad de producción de jaiba blanda en Baja California Sur, mismo que integra los elementos técnicos necesarios para apoyar el futuro desarrollo de esta industria en México y elevar el costo del producto a fin de generar mayores ingresos para los pescadores nacionales”, acotó.

Para lograr este objetivo, el grupo de investigación de Pedro González Ramírez, realizó un estudio técnico sobre la viabilidad del proyecto mediante la evaluación de aspectos tales como: comportamiento de las especies del Pacífico en condiciones de confinamiento en altas densidades, la disponibilidad del recurso a lo largo del año, el rendimiento y la escala de los sistemas, así como costos de producción y comercialización.

De esta forma se determinó que no obstante la gran dureza del caparazón que protege al citado crustáceo, durante un periodo de dos horas puede ser muy blando, lo que sucede cuando la jaiba sufre el proceso de muda o ecdisis, en el que se libera del caparazón duro para sustituirlo por uno blando.

“Durante ese proceso la jaiba crece aproximadamente un 17 por ciento absorbiendo agua y sales, y es precisamente en esos momentos en que se puede procesar para producir la jaiba blanda, ya que posteriormente ese nuevo caparazón se endurece en pocas horas, por lo que es posible obtener jaibas suaves a las que se les puede sustraer la carne muy fácilmente permitiendo así su aprovechamiento integral”, concluyó el especialista.